El 15 de febrero de 2022 el Real Madrid fue superado por el PSG en el Parque de los Príncipes. Aquella noche los blancos salieron de París con la sensación de que lo mejor era el resultado, y eso que habían perdido. La superioridad de los franceses fue absoluta y Ancelotti entendió que algo tenía que cambiar. En ese momento, todos los estamentos del club comprendieron que la presencia de Fede Valverde iba a ser fundamental. No importaba si con la entrada del uruguayo rompía el tradicional 4-3-3, era mucho más importante la energía que El Pajarito iba a aportar al equipo.
En el encuentro de vuelta, disputado en el estadio Santiago Bernabéu, Valverde fue titular en el centro del campo junto a Kroos y Modric. El Real Madrid remontó aquella noche el gol en contra recibido en París, se clasificó para los cuartos de final y Ancelotti ya nunca más volvió a prescindir de Fede. Fue clave ante el Chelsea tanto en la ida como en la vuelta y repitió papel frente al Manchester City. Más escorado a la derecha o de interior, donde más cómodo se siente, pero siempre dentro del campo. El charrúa se ha convertido en una pieza fundamental para que los madridistas estén en la final de París.
Valverde es un plus para el equipo blanco. Su presencia dentro del campo mejora a sus compañeros. Y es que, no sólo influye en el centro, donde la fortaleza física aumenta notablemente, se convierte en el guardaespaldas perfecto de Dani Carvajal en el costado diestro. Y arriba también suma, aunque le cueste desbordar en la banda, es muy agresivo en los desmarques, lo que puede hacer salir por los aires a cualquier defensa rival. Fede es frescura y Ancelotti lo sabe.
El Pajarito está lejos de tener el toque y la calidad de Kroos o Modric, pero sus piernas suben el nivel de un Real Madrid que se ha ganado la Liga y se ha plantado en la finalísima de París. Donde Ancelotti se dio cuenta que la vida con el uruguayo iba a ser más sencilla.
Camavinga y Ceballos
El futuro del centro del campo ya está aquí para el Real Madrid. A la CMK todavía le quedan bailes, pero Valverde lidera la siguiente generación de centrocampistas, donde están Eduardo Camavinga y Dani Ceballos. El francés ha sido capital en todas las eliminatorias. Salió en la vuelta ante el PSG para revolucionar el partido, aportó físico ante el Chelsea cuando los blancos más sufrían y dio un recital ante el Manchester City.
Dani Ceballos ha jugado menos, pero sus minutos han sido de calidad. Especialmente brilló ante el City en el tramo final de la prórroga. Ancelotti le dio entrada por Benzema y el utrerano no dudó en cumplir a la perfección su cometido. Aguantó la pelota y se remangó para defender la ventaja madridista.